Dos De Octubre (Explicit)歌词由Confesiones y Deseos演唱,出自专辑《Dos de Octubre (Explicit)》,下面是《Dos De Octubre (Explicit)》完整版歌词!
Dos De Octubre (Explicit)歌词完整版
Durante la pandemia y meses de intentar relativizar mi situación personal, me sentía cada vez más solo y perdido.
Mis sentimientos dejaron de ser ambiguos y mis capacidades iban mermando a pasos agigantados.
Buscaba la motivación en el trabajo y sobre todo en parte de mi familia, que eran lo que realmente me llenaba y hacían que pudiera tirar e ilusionarme.
Una mañana de octubre, lluviosa y gris, contacté con una chica. Se llamaba Lucia, y aunque su apariencia era maravillosa, conectamos por teléfono de una manera estratosférica.
En principio no teníamos mayor pretensión que intentar colaborar, aunque nuestras conversaciones, poco a poco comenzaron a ser más dispersas, interesantes y porque no, divertidas.
Ella era una mujer casada, yo venía de pasar una época apocalíptica con mi ex y con esa coctelera, era complicado.
Siempre estaba deseando saber de ella, recibir una llamada o simplemente un mensaje dándome los buenos días.
Una mañana y después de tener alguna conversación con cierta sensualidad, se abrió la puerta a poder sentir mutuamente cierto deseo.
Ese mismo día, pero por la noche, nos calentamos y en mi caso, me masturbé imaginando si cuerpo, sus labios y su olor.
Pasaron los días, y el deseo se incrementaba a tal punto de generar descontrol, nuestro hilo conductor, siempre fue el teléfono, pero nunca fue inconveniente para que ella parada en su coche, abriera sus piernas y acariciara su coño hasta correrse
Pasamos varios meses acumulando ese ardiente deseo, con llamadas donde podíamos plasmarlo mutuamente.
También hubo idas y venidas, situaciones muy incongruentes hasta que por fin decidimos vernos.
Casualidad o no, decidimos vernos el día que hacíamos un año desde nuestro primer contacto.
Era sábado, 2 de octubre y sono el despertador a las 06:00 de la mañana, me duche, me vestí y baje hacia el coche.
Me quedaban 400 kilómetros por delante y a la vez, ganas, ilusión y ansiedad por poder abrazarla.
Durante el camino, íbamos hablando y comentando las ganas mutuas de tenernos.
Al llegar, estaba esperándome con un vestido tan sexy como su mirada.
Entró al coche, nos besamos y fuimos en busca de un hotel alejado de su zona.
Al llegar al hotel, mis nervios iban increscendo tanto como las ganas de besarla.
Y por fin, entramos en esa habitación, quizás los nervios nos traicionaron y con bastante frustración, le dije que se fuera, sentí que no era su tipo.
Abrió la puerta y se fue, mientras me quedé unos minutos en la habitacion, lamentando el estar ahí.
Al salir fuera del hotel, y allí estaba esperando un taxi, pero se acercó y comenzamos a charlar y a expresar lo que sentíamos.
Después de un buen rato, tomando un té a su lado, dijo que me acompañaba a la habitación de nuevo, pero esta vez yo no tenía pretensiones.
Al entrar, me tumbe y ella comenzó a darme un masaje primero en los pies y más tarde en la cabeza.
Se tumbó a mi lado y nos abrazamos, y por supuesto, comencé a besar sus bonitos labios.
Nuestros cuerpos se rozaban con una deliciosa sutileza mientras jadeamos al unísono.
Mis manos abrieron su vestido, sus manos acariciaban mi pecho, desabrocharon mi vaquero y mientras mis dedos retiraban su tanga, y ella sacaba mi polla para masturbarme.
Mis dedos rozaban húmedos por su sexo, penetrando con ellos y sobre todo sintiendo como su clítoris se hinchaba.
Nos besábamos con ganas y humedad, nuestros sexos resbalaban entre si, sus pezones duros deseando sentir mi saliva y mi polla deseando llenar cada centímetro de su coño.
Se puso sobre mi, nos movíamos lento, profundo, y mientras nos empapamos, lamía sus dedos, deseaba ver cómo acariciaba su clítoris mientras me follaba.
Manteníamos el ritmo, mi pelvis empujaba, mis labios besando los suyos mientras mis manos agarraban con pasión su culo.
Le dije que se tumbara, coloqué su pierna izquierda sobre mi hombro, sus dedos acariciaban su clítoris con más ansia, mi saliva caía en su boca, mientras mi polla atravesaba su sexo hasta que nos corrimos, dejando nuestros sexos y la sábana de deliciosos fluidos.
Nos abrazamos, nos besamos y nos quedaba poco tiempo, el justo para dedicarle un par de canciones y sentir que deseaba volver a verla y sobre todo... sentir!!!